Parte IV. Resurrección

Y bueno les decia, esto solo lo estaba alucinando, creo, con eso de que soy decidiosa...

Un fantasma se me apareció de repente lleno de rencor: Ella, la mujer del otro día, y miren que es un milagro que la esté recordando... “Y en el principio estaban la mujer y el hombre”. Ahora lloro por estar dentro de este cuerpo, como si pudiera cambiarme de sexo, en ese caso prefiero no temerme a mi misma, claro, nuestra moral de siempre, la que siempre insiste claramente para que la escuchen.

¡Hombres! ¿Quén los entiende?

He imaginado una resurrección ¡En un mundo que es nuestro! ¡Salvenos de este mundo! Así que cuando no comprendamos de que color es el cielo, solo hay que mirarlo. Nuestro amigo feliz.
Tú...
¡Corre tan rápido como la luz!

¿Han escuchado cuantas veces llora la tierra? Aún cuando comprendamos solo por una noche sus desgracias, sigue existiendo, somos el reflejo de nuestros antepasados, y mientras mas busquemos en el tiempo mas tierra encontraremos.

-¡Saludos!- Grita a lo lejos el hombre. Nos describe como una reina de sombras y angeles oscuros, nos seduce con colores dormidos para gritar que comprende lo que somos.
¡Nos vemos! ¡Saludos!