Yacia tendido en el suelo, lo tomaba de vez en cuando para sonreir, cuando salia de casa para ver la ciudad como mi campo de juegos en lugar de temerle. Cuando estaba sola lo observaba ahí tirado y buscaba algo mas real. Con el barrilete solo imaginaba, pintaba paisajes, escuchaba música extraña y de vez en cuando me gustaba mirar mas allá sin él. Aunque ultimamente me ha invadido la paranoia bastante rápido, desde que escuché aquellos rumores sobre mi tortura, que estaba prisionera de un demonio sin poder ser salvada ni siquiera por un unicornio, que estaba siendo arrastrada por unas escaleras hacia el abismo... ¿Mencione que estaba paranóica? Y bueno, para esos momentos funcionaba mi barrilete, así abriria los ojos e iluminaria todo con oscura luz.
Ahora solo guardo silencio...
Nada como el océano
Solo el amor puede aniquilar a un demonio.....
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