Desde esa noche las horas pasan lento...
Perdi el rumbo de mis pasos
Perdí el corazón
Cuando abri los ojos ya no estabas ahí, dejaste una nota qu se desintegró al instante, te disfrazaste de fantasma, "nunca exististe" eso parecía pero yo sabia que aún estabas ahí, corrí veloz a buscarte, me guié por tu aroma y después...
Yacias sentado sobre una roca, con un fantasma encadenado a tus manos, tu cara sangraba, y había un hueco en tu pecho por el cual se podía ver la noche, estabas inmovil, llorando en silencio, tejiendo con hilos sentimentales una armadura para tu rostro, me acerqué lento, con mi fantasma encadenado, con mi hueco en el pecho, con mi cara ensangrentada, y grité...
Grité que existes. Así como siempre me gritas.
Y alzaste la mirada, no me miraste a mi, miraste hacia el cielo.
Y allá caminamos un rato, nos deslizamos por un atardecer sin nombre, caimos, subimos, amamos...
Después hice una mascara con tus manos y me tapé el rostro, tu hiciste lo mismo con las mias.
Yo regresé al océano y tu volviste a tu roca en medio de aquel salón vacio...
Y cada noche cubro mis oídos para no escucharte.
Cada noche soy sorprendida por tu alma que está penando, siempre frente a mi cama, me observa, grita, llora...
Yo, lloro, cierro los ojos y grito..
Cada noche me amarro las manos para no llamarte, en sueños me encierro para no buscarte, pero a veces...
A veces no puedo.
Te reconstruyo, te recuerdo, te siento...
¿Como tiras al viento tesoros antiguos?
¿Como callas a ese organo que solo está gritando que está muerto?
¿Como?
¿Como gritas frente a un cuerpo vacío?
¿Como evito estas ganas de respirarte un instante?
¿Como pierdo la costumbre de esperarte por las noches?
Prefiero que nos vallamos juntos de este mundo
Nada como el océano
Solo el amor puede aniquilar a un demonio.....
viernes, 6 de marzo de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Hay fantasmas tan reales, que muchas veces creemos que son de carne y hueso.
Fantasma
Amo las líneas nebulosas de tu cara,
tu voz que no recuerdo,
tu racimo de aromas olvidados.
Amo tus pasos que a nadie te conducen
y el sótano que pueblas con mi ausencia.
Amo entrañablemente tu carne de fantasma.
Francisco Hernández
Un beso
Publicar un comentario