Escriben para no olvidarse de si mismos, para recordarse que existen, que se miran siempre que se necesiten.
Ellos, que se contemplan de cerca solo para darse un abrazo, que no temen y temen al mismo tiempo, los que arriesgan para ganar,
ellos.
Tú y yo siempre nos miraremos solamente...
Callan sus peores sueños,
en silencio se dicen secretos que solo dice el alba,
en silencio se ayudan para dejarse despacio.
Los que aman se aman hasta en la distancia de sus cuerpos, sin miedo a la oscuridad, dandose valor a cada momento, imaginando un mundo mejor solo para no llorar, para no sufrir.
Ellos que aman con el alma,
tan ellos y tan solos,
flotando sobre un mar de ilusiones,
compartiendo sus tristezas,
doliendose profundamente,
imaginando,
escribiendose deseos que no pudieron compartir, llorando por el deseo que no cumplieron juntos.
Su mentira más preciada.
Riendose del tiempo mientras se mojan los labios para comer despacio los sueños del universo. Siempre en silencio...
Se narran historias fantásticas en la distancia, haciendo nacer estrellas, soñando con despertar incluso en dónde nunca pensaron.
Ahí también se acompañan los enamorados.
Los enamorados callan y sueñan y se rien de sus sueños descalzos, se sorprenden ante la sombra que yace junto a ellos.
Se van encontrando lentamente.
Lento como los trenes.
Ellos se comen a los gusanos para poder respirar, se muestran caminos para recorrerlos juntos, sin tiempo a sus espaldas.
Caminan sobre nubes doradas, se miran frente al mar azul, se acarician en sueños como si estuvieran despiertos.
Se aman en secreto, en silencio.
Se sonrien por algún pretexto.
Se conocen.
Se entristecen como si no pudieran verse juntos.
Saltan de montañas solitarias y se saludan de lejos.
Sonrien como si nadie los viera.
Se sonrien para compartirse flores de sus jardines...
Los enamorados viajan por valles morados,
escalan montes de sueños desnudos,
aman con locura sus fracasos bien logrados.
Ellos siempre se están recordando.
Se hablan y hablan para despertar.
Construyen una casa en las nubes para llorar con el cielo, son dos niños acabados de nacer, inexpertos en el mundo.
Quieren crecer para darle regalos a las estrellas, niños grandes que juegan a ser adultos.
Tan silenciosos cuando miran el cielo, como si hubieran perdido algo ahí arriba, algo que vive en sus sueños.
Niños despiertos que no temen a la tormenta,
les gusta ver al agua multiplicarse en diminutas gotas,
corren desnudos bajo los árboles,
comen frutos del deseo.
Se inmiscuyen en la historia del tiempo solo para encontrarse y mirarse.
Con tristeza, son libres...
F...
2 comentarios:
Tal vez libres pero eso nunca significará que estén solos aunque solos venimos y solos nos iremos.
Tal vez solo se escriban pero nadie hablará entre lineas.
tal vez no hay nada más que decir
y tal vez no hace falta
tal vez no estamos solos
pero siempre nos sentimos solos en la nada
mmm talvez el nunca lo ha sentido...
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